La ortotipografía es el
conjunto de usos y convenciones particulares con las que se rige la
escritura por medio de elementos tipográficos en cada lengua. Se ocupa
de la combinación de la ortografía y la tipografía y en particular la forma en que la primera se aplica en las obras impresas.
Los diseñadores debemos conocer las reglas ortotipográficas –o al
menos tener nociones generales–, ya que en nuestro trabajo las letras
están presentes en casi todo: identidades, tarjetas de visita, carteles,
programas de actos, páginas web… En la mayor parte de aplicaciones que
realizamos está presente la tipografía y nuestra responsabilidad se
aplica a dos campos: el primero –relacionado con la forma– tiene que ver
con la elección del tipo o de los tipos, el punto, el espaciado, el
interlineado, el tracking o el kerning de pares concretos. El segundo
–más relacionado con el contenido–, está más en la línea de la correcta
aplicación del lenguaje: cómo señalar un extranjerismo, indicar las
horas, las fechas, las citas textuales, cómo escribir en español las
cifras, las abreviaturas, etc. Lo interesante de esto es que forma y
contenido se solapan en nuestra profesión siendo imposible olvidar una
de las partes.
Los diseñadores hemos de prestar atención a las faltas de ortografía y
ortotipografía y atrevernos a corregirlas, pero por alguna razón nos
parece que eso no es de nuestra competencia. Puede ser que
muchos crean que los errores ortográficos no son comparables a los
ortotipográficos —si es que los hay, ya que en ese campo no hay tantas
normas y a veces se les llama simplemente erratas—, pero como
diseñadores, debemos ser respetuosos con cualquier norma que nos ayude a
que el mensaje llegue «limpio», que el lector lo reciba lo más
claramente posible y minimizar las dudas de entendimiento que puedan
surgir. Para esto, el diseñador ha de conocer y entender las letras, los
signos, símbolos, diacríticos y demás partes de la tipografía para
poder utilizar en su favor todo su potencial expresivo.
Es impensable escribir en cualquier lengua sin reglas ortográficas,
pero curiosamente, no parece un disparate escribir un texto sin
conocimiento sobre las reglas ortotipográficas. Nadie nos enseña cómo
escribir correctamente todo aquello que forma parte de nuestro idioma y
no son letras: comillas, rayas, paréntesis y corchetes, signos
económicos o porcentuales ni ningún otro carácter que forma parte de
todas las tipografías. Los diseñadores deberíamos ser los especialistas
de las letras –aunque sólo sea por descarte–, pero la realidad es que
salimos al mundo real sin una formación específica en ese campo lo cual
es contraproducente para nuestra profesión: letras y diseñadores han de
reconocerse mutuamente.
La ortografía es uno de los factores imprescindibles al momento de diseñar ya que una tilde mal puesta o la omisión de signos de puntuación pueden alterar nuestro menaje.
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